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Familias inmigrantes en peligro; activistas prometen defender sus derechos

Con la mayoría republicana en el Congreso y el Senado, y un presidente que ha prometido deportaciones y el levantamiento de un muro al sur del país, es evidente que una reforma migratoria para millones de indocumentados en Estados Unidos se desvanece, aseguran activistas pro inmigrantes.

Tras la derrota de Hillary Clinton, activistas agregan que no se van a quedar con los brazos cruzados.

“Estamos profundamente preocupados de que un hombre que ha estado tan enérgico contra principios americanos fundamentales se convertirá en el próximo presidente de los Estados Unidos. Donald Trump pasó su campaña atacando a inmigrantes, gente de color, musulmanes y mujeres”, dice Michael Keegan, presidente de la organización People for the American Way.

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“Trabajaremos más que nunca para defender los derechos de todos los inmigrantes. Continuaremos combatiendo el extremismo sin importar quién o de dónde venga, y lucharemos duro para proteger el camino americano”, afirma Keegan.

Trump también deberá de escoger al noveno juez de la Corte Suprema, por lo que activistas predicen no habrá oportunidad para revivir los programas de alivio migratorio que habrían beneficiado a por los menos 5 millones de personas (DACA y DAPA), y los cuales murieron hace meses tras un voto dividido de cuatro jueces a favor y cuatro en contra.

Tras la noticia, la Red Mexicana de Líderes y Organizaciones Migrantes (RedMex), arremete condenando “el racismo y la xenofobia que permitió a Trump convertirse en el presidente número 45 de la nación”.

“Nos comprometemos a proteger a nuestra comunidad contra el odio que se ha convertido en el discurso normal en esta campaña y ha puesto a las comunidades de color, las mujeres y los grupos religiosos en la mira de un resurgimiento de un movimiento racista”, sostiene Ángela Sanbrano, directora ejecutiva de RedMex.

“Es impactante para mí que el pueblo de Estados Unidos pueda permitir que un hombre con las ideas neofascistas y ningún registro de servicio público pueda llegar a la oficina más alta de este territorio”, indica Sanbrano.

Todas las encuestas y las predicciones de los políticos, apuntaban al triunfo de Clinton con las minorías a su favor, así como las mujeres y grupos laborales. No obstante, Trump se convierte en el futuro presidente de la nación con la mayoría del voto hombres anglosajones (53 por ciento), el voto de la mujer (42 por ciento) y sorprendentemente un 29 por ciento de latinos.

Activistas religiosos también prometen velar por los más vulnerables.

“Como personas de fe profunda, estamos dispuestos no solo a ayudar a nuestra nación a sanar, sino a servir como una brújula moral para el país”, sostiene Scott Reed, director ejecutivo de PICO National Network, un movimiento de coaliciones religiosas.

Sin embargo, advierten los activistas: “El presidente electo, Trump, debe ser advertido de que nuestra fe no nos va a permitir que éste cumpla su promesa de criminalizar a los inmigrantes con las deportaciones en masa. Tampoco nos quedaremos cruzados de brazos frente a la discriminación racial de los afroamericanos, los latinos y las minorías religiosas.

Por su parte, Equality California (EC), una organización a favor de la comunidad homosexual, lésbica, bisexuales y transgénero (LGBT), público un comunicado diciendo estar triste y desilusionada por los resultados, ya que tienen miedo de las deportaciones de la comunidad LGBT, los cuales muchos de ellos son indocumentados.

EC agregó temer de que los derechos que han recibido sobre la igualdad de matrimonio, también resulten dañados.

“Vamos a estar vigilantes y continuar abogando por los derechos plenos y la justicia social dentro y fuera de California”.

Cristina Jiménez, directora ejecutiva y cofundadora de United We Dream, agregó: “En los siguientes semanas, nuestras familias y comunidades necesitan usar la misma resistencia que han usado para llegar a este país y que hemos usado para sobrevivir”.

“Este es un momento para movilizarnos en cada ciudad y estado alrededor del país. Estamos pidiendo a todos que tomen acción para demandar que sus alcaldes y gobernadores declaren sus ciudades y estados como lugares seguros para la comunidad inmigrante”, dice Jiménez.

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