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Columna: El último lamento del gringo californiano

 El Gringo restaurant, in a small strip along N. Sepulveda Blvd in Manhattan Beach
El restaurante El Gringo, fundado en 1986, tiene locales en Redondo Beach, Manhattan Beach y El Segundo.
(Jay L. Clendenin / Los Angeles Times)

Hace un año exacto, la alcaldesa de Chula Vista, Mary Casillas Salas, se sentó en un elegante restaurante mexicano en el centro de la ciudad y se dispuso a comer unos tacos de pulpo con salsa de habanero.

Poco después, el concejal John McCann se acercó a su mesa. Charlaron un rato, luego él admitió que la comida del restaurante le resultaba demasiado picante.

Cualquiera que haya sumergido mucho un totopo en un tazón de salsa de chile habanero puede entenderlo. Pero Salas quería burlarse de alguien a quien conocía desde hacía 20 años. “Entonces le dije: ‘Oh, John, eres tan gringo’”, me contó la alcaldesa de dos mandatos y exasambleísta estatal en una entrevista telefónica. “Y él comenzó a reírse después de eso”.

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Salas no dudó en decir “gringo”, una palabra que se usa desde hace mucho tiempo en el oeste de Estados Unidos para referirse a los blancos, y en toda América Latina para aludir a los extranjeros.

Es técnicamente un insulto, pero es una parte tan importante de la vida en estos lugares que su poder de ofender hoy en día es mínimo. “Gringo” y sus derivados se encuentran en nombres de restaurantes pequeños (Gringo’s Fish Tacos, en Mid-City) y grandes (El Gringo, en Manhattan Beach); en salsas picantes (Gringo Bandito, de Dexter Holland de The Offspring); en películas malas (la muy comercial “Gringo”, de 2018, que derrochó el talento de Charlize Theron y David Oyewolo), en cervezas artesanales y hasta en marcas de ropa, como Old Gringo Boots.

Por eso Salas quedó estupefacta cuando nueve días después de su encuentro con McCann, éste presentó una denuncia ante el departamento de recursos humanos de la ciudad, alegando discriminación racial por parte de la alcaldesa y su uso de “gringo”. “Me sorprendió su declaración”, escribió, “ya que tenía como objetivo menospreciarme debido a mi origen étnico y raza”.

El concejal pidió que Chula Vista consiguiera a alguien “imparcial” para investigar el incidente. Dos meses después, un abogado externo regresó con una conclusión: aunque el uso de “gringo” por parte de Salas fue “inapropiado”, no constituyó una discriminación.

“Aquí el uso de la palabra ‘gringo’, en una ocasión en este ambiente informal y para describir la condición de una persona de no poder comer picante”, concluyó la investigación, “no llega a crear un ambiente intimidante, hostil u ofensivo”.

La Voz de San Diego publicó la noticia el mes pasado y también descubrió cuánto les costó a los contribuyentes de Chula Vista este platillo de victimismo: casi 16.000 dólares. “Fue mucho ruido y pocas nueces”, dice ahora Salas, “y fue una gran pérdida de tiempo y recursos”.

Cuando contacté a McCann para hacer comentarios en este artículo, en cambio, envió una declaración de cuatro páginas en inglés y español que acusaba a Salas (y a su exesposo) de un “largo historial de usar insultos raciales hacia otros y específicamente contra John McCann”. El documento daba solo dos ejemplos: el de la denuncia del año pasado y una entrevista de 2000, en la que ella dijo a una publicación en español: “Los gringos no entienden lo poderosos que somos los latinos”.

“Disminuir el impacto de los insultos raciales de las personas en el poder y vilipendiar a la gente por presentar denuncias legítimas ante recursos humanos”, decía la declaración bilingüe de McCann, “solo intimida a las víctimas para que no hablen”.

Aunque desearía descartar este débil Gringogate como política local risible, ahora hay otro caso de ignorancia estudiada sobre la cultura mexicana en el condado de San Diego, que me hace pensar que muchos más enfrentamientos de este tipo aparecerán en California.

En enero, el Departamento de Educación de California acordó eliminar un poema chicano de su programa de enseñanza de estudios étnicos en respuesta a una demanda presentada por un grupo de padres representados por abogados asociados con la Thomas More Society, con sede en Chicago. La organización conservadora sin fines de lucro generalmente aboga por más libertad religiosa, pero no cuando se trata de lo que la querella llamó falsamente una “oración azteca”.

El texto en cuestión era en realidad un poema que discutía las creencias filosóficas pseudomayas y mencionaba a cuatro dioses aztecas como una forma de inspirar a los estudiantes chicanos a aprender sobre sus raíces mesoamericanas.

Es un tema aburrido y monótono, sinceramente. Pero los abogados de la Thomas More Society convencieron al Departamento de Educación de California de que la prosa era una violación a la separación de la Iglesia y el Estado. Y además, según ellos, “cualquier forma de oración y glorificación de estos seres, en cuyo nombre se cometieron horribles atrocidades, es repulsiva”.

Dos de los padres que interpusieron la demanda tienen apellidos hispanos, pero, ¡Ojo!: los latinos también pueden ser gringos. Porque “gringo” es más un estado de ánimo que una raza, una filosofía que detesta todo lo mexicano. Y el gringo de California hoy en día está en crisis.

Durante más de 170 años atacaron a los mexicanos en cualquier oportunidad que tuvieron, ya sea mediante leyes, proposiciones, apropiaciones culturales, Taco Bell o simplemente racismo. No funcionó.

Los latinos ahora constituyen una pluralidad de la población de California, y los mexicanos son una parte abrumadora de ese segmento. Los gringos están tan preocupados por su futuro en el estado que intentan cancelar aspectos de la cultura mexicana que creen que los insulta.

Las juntas escolares prohibieron la teoría crítica de la raza y los libros de estudios chicanos, todo porque enseñan una Historia sin adornos que muestra lo mal que los gringos trataron a los latinos durante décadas. Los municipios de todo el estado están librando campañas contra los vendedores ambulantes porque los locales físicos que trabajan de la manera “correcta” no pueden competir con los mangos empapados en chile.

Ahora bien, ¿la palabra “gringo” está prohibida y la poesía pocha es sospechosa? ¿Qué vendrá después: una demanda colectiva contra el Día de los Muertos porque hace que Halloween parezca tan emocionante como el Día del Árbol? (Ni se les ocurra, gringos).

Esta tendencia es parte de lo que un profesor de inglés del estado de San Diego, William Nericcio, llama -medio en broma- la “cualquerización de la otrora poderosa tribu caucásica”. El docente estudia la continua evolución de los estereotipos antimexicanos en el imaginario estadounidense y cómo los blancos los ejercen no solo para degradar a los mexicanos, sino también para empoderarse a sí mismos.

Los estadounidenses, por ejemplo, han usado “gringo” para referirse a sí mismos casi tan pronto como supieron lo que significaba (a un año de su fundación, allá por 1882, este periódico usó el término para burlarse del bando perdedor en la Guerra México-Estadounidense). “Ser gringo significa que no eres mexicano, y no hay nada peor en el mundo gringo que ser mexicano”, remarcó Nericcio. “El término se convierte en una insignia de orgullo: es poder gringo”.

Por eso lo que pasó en Chula Vista le preocupa tanto como le divierte. “Si el concejal [McCann] estuviera realmente ofendido, se hubiera quejado en el restaurante, [Salas] se hubiese disculpado y todo habría terminado ahí”, agregó. “Pero lo que sucedió durante la administración de [Donald] Trump fue que a los angloestadounidenses de cierta tendencia o partido se les dio licencia para resistir lo que perciben como afrentas con una especie de rectitud apasionada”.

Por eso, el profesor cree que acciones como la denuncia de McCann y la demanda contra la supuesta poesía azteca serán aún más comunes. “La futura cultura gringa minoritaria”, afirmó Nericcio, “exigirá este tipo de enfoque antagónico y sin humor de las cosas”.

Así que, anímense, gringos. A los mexicanos mayormente nos caen bien, a menos que estén enojados, un estado en el cual muchos de ustedes parecen estar perpetuamente. ¿Puedo sugerir como calmante para el estrés una gringa, que es un tipo de taco que aparece en todo el sur de California? Tiene todo lo que parecen disfrutar: queso blanco y carne de res.

Para leer este artículo en inglés, haga clic aquí.

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